SATURRARÁN IN MEMORIAM
http://todoslosrostros.blogspot.com.es/2008/07/116-mujeres-y-56-nios-muertos-en-la.html?spref=fb
116 mujeres y 56 niños, muertos en la Prisión de Saturrarán
La derrota de Asturias y la caída del Frente Norte en la guerra civil aumentó considerablemente el número de mujeres prisioneras, lo que saturó las secciones para mujeres con las que contaban las prisiones del gobierno franquista. Fue el motivo por el que se creó una nueva cárcel en Saturrarán. Esta Prisión Central de Mujeres estaba situada en el municipio de Motrico, en Guipúzcoa. Comenzó su funcionamiento en 1938, en plena guerra civil, habilitando para ello un antiguo convento. La Prisión de Saturrarán se especializó en los casos de “mujeres extremadamente rebeldes y peligrosas” para el “nuevo orden de España”.
Las condiciones en las que tenían que sobrevivir las reclusas eran infrahumanas. Muchas de las que fueron encerradas en esta prisión, bien directamente desde la calle o bien por traslado desde otras prisiones, llevaban consigo a sus hijos más pequeños o estaban embarazadas , registrándose incluso el nacimiento de varios niños dentro del penal. En una entrevista publicada en el "Faro de Vigo" la memorialista María José Bernete Navarro hacía un resumen del excelente trabajo de investigación sobre Saturrarán que están llevando a cabo el archivero de la parroquia Ntra. Sra. de la Asunción de Mutriku, Xavier Basterretxea Burgaña, y la profesora de la Escuela Lea Artibai de Markina-Xemein, Arantza Ugarte Lopetegi. Así, cuenta Bernete lo siguiente: “De 1940 a 1944 se decretó que los niños menores de tres años no podían permanecer en el penal, así que bajo la denominación destacamento-hospicio fueron separados de sus madres. Estos niños desaparecieron de las listas de ingreso de la enfermería de la prisión desarraigándolos de sus familias, muchas de las cuales no volvieron a recuperarlos jamás por resultarles imposible seguir su rastro”.
El número de fallecimientos en la prisión de Saturrarán es difícil de averiguar con exactitud. Según el registro, fueron 116 mujeres y 56 niños los que murieron recluídos entre 1937 y 1946. Una de las dificultades que el historiador (ver http://www.lavozdeasturias.es/noticias/noticia.asp?pkid=84882) Marcelo Laruelo se encontró a la hora de descubrir el número total de fallecimientos es la posibilidad de que muchas mujeres y niños fueran trasladados a los hospitales próximos por la gravedad de sus enfermedades y que allí fallecerían sin que constaran en el registro de la prisión.
De entre las que sí están registradas, son varias las que fallecieron por enfermedades como bronquitis, septicemia o tifus. Existe la posibilidad de que el registro no refleje alguna de las muertes, posiblemente para ocultar algún caso de cuarentena. Los niños eran separados de sus madres al alcanzar una edad. El destino de los pequeños podría ser su familia natural, aunque hubo quienes acabaron en hospicios o fueron entregados a familias de adopción. “Ante la situación tan deficiente que se vivía en el penal que derivaba en una altísima mortandad infantil–continúa Bernete– algunas madres decidieron voluntariamente ceder a sus hijos en adopción a familias de Ondarroa y Mutriku. Hay que decir que la poblacion civil de estos municipios se solidarizó con las presas y se preocupó por ellas, como lo demuestra que los pescadores de Ondarroa salieran a pescar para las reclusas, sabedores del hambre que pasaban dentro de aquellas siniestras dependencias”. Hasta el momento no se han encontrado expedientes de ejecuciones en Saturrarán, “aunque hay que señalar --dice Bernete-- que durante el período que estuvo funcionando el penal hubo 11 muertes sin justificación” y que “aunque no eran sistemáticos, los castigos, las torturas y las palizas a las prisioneras, cuando se producían, eran extremadamente crueles. De hecho, a la altura ya de 1944, algunas de las mujeres que se vieron obligadas a entregar a sus hijos fueron brutalmente castigadas porque se atrevieron a protestar”.
Saturrarán tenía una capacidad para 700 prisioneras, aunque su población nunca bajó de 1.500. El funcionamiento interno corría a cargo de unas monjas mercedarias, mientras que soldados y guardias civiles se encargaban de la vigilancia exterior. Los trabajos de Basterretxea, Ugarte y Laruelo relatan la crueldad con la que las monjas trataban a las presas. Al frente ellas estaba sor María Aranzazu Vélez de Mendizabal , conocida como "La pantera blanca" , que sometía a las prisioneras a castigos de forma continua.
Más detalles acerca de esta prisión pueden encontrarse en el trabajo de Arantza Ugarte titulado "Preso Central de Saturrarán" y publicado en una edición especial de la revista "Retrobament"editada por la Coordinadora para la Memoria Hisórica y Democrática de Cataluñahttp://www.coordinadoramh.org/publicacionsmh/REVISTA_RETROBAMENT4.pdf. También es bueno consultar una información sobre Saturrarán publicada en Garahttp://www.gara.net/paperezkoa/20070319/8819/es/Carcel/Saturraran/prision/franquista y una reseña de la obra "Presas de Franco" que puede leerse publicada en Rebelion http://www.rebelion.org/noticia.php?id=68807. Algunas de las imágenes de esta entrada han sido extraídas de un trabajo publicado en "El Faro de Vigo" http://www.farodevigo.es/media/documentos/2006-09-17_DOC_2006-09-10_02_09_04_estela.pdf, del libro "Presas Políticas" de Ricard Vinyes y de otras páginas de internet, entre ellashttp://www.asturiasrepublicana.com/ .
Las condiciones en las que tenían que sobrevivir las reclusas eran infrahumanas. Muchas de las que fueron encerradas en esta prisión, bien directamente desde la calle o bien por traslado desde otras prisiones, llevaban consigo a sus hijos más pequeños o estaban embarazadas , registrándose incluso el nacimiento de varios niños dentro del penal. En una entrevista publicada en el "Faro de Vigo" la memorialista María José Bernete Navarro hacía un resumen del excelente trabajo de investigación sobre Saturrarán que están llevando a cabo el archivero de la parroquia Ntra. Sra. de la Asunción de Mutriku, Xavier Basterretxea Burgaña, y la profesora de la Escuela Lea Artibai de Markina-Xemein, Arantza Ugarte Lopetegi. Así, cuenta Bernete lo siguiente: “De 1940 a 1944 se decretó que los niños menores de tres años no podían permanecer en el penal, así que bajo la denominación destacamento-hospicio fueron separados de sus madres. Estos niños desaparecieron de las listas de ingreso de la enfermería de la prisión desarraigándolos de sus familias, muchas de las cuales no volvieron a recuperarlos jamás por resultarles imposible seguir su rastro”.
El número de fallecimientos en la prisión de Saturrarán es difícil de averiguar con exactitud. Según el registro, fueron 116 mujeres y 56 niños los que murieron recluídos entre 1937 y 1946. Una de las dificultades que el historiador (ver http://www.lavozdeasturias.es/noticias/noticia.asp?pkid=84882) Marcelo Laruelo se encontró a la hora de descubrir el número total de fallecimientos es la posibilidad de que muchas mujeres y niños fueran trasladados a los hospitales próximos por la gravedad de sus enfermedades y que allí fallecerían sin que constaran en el registro de la prisión.
De entre las que sí están registradas, son varias las que fallecieron por enfermedades como bronquitis, septicemia o tifus. Existe la posibilidad de que el registro no refleje alguna de las muertes, posiblemente para ocultar algún caso de cuarentena. Los niños eran separados de sus madres al alcanzar una edad. El destino de los pequeños podría ser su familia natural, aunque hubo quienes acabaron en hospicios o fueron entregados a familias de adopción. “Ante la situación tan deficiente que se vivía en el penal que derivaba en una altísima mortandad infantil–continúa Bernete– algunas madres decidieron voluntariamente ceder a sus hijos en adopción a familias de Ondarroa y Mutriku. Hay que decir que la poblacion civil de estos municipios se solidarizó con las presas y se preocupó por ellas, como lo demuestra que los pescadores de Ondarroa salieran a pescar para las reclusas, sabedores del hambre que pasaban dentro de aquellas siniestras dependencias”. Hasta el momento no se han encontrado expedientes de ejecuciones en Saturrarán, “aunque hay que señalar --dice Bernete-- que durante el período que estuvo funcionando el penal hubo 11 muertes sin justificación” y que “aunque no eran sistemáticos, los castigos, las torturas y las palizas a las prisioneras, cuando se producían, eran extremadamente crueles. De hecho, a la altura ya de 1944, algunas de las mujeres que se vieron obligadas a entregar a sus hijos fueron brutalmente castigadas porque se atrevieron a protestar”.
Saturrarán tenía una capacidad para 700 prisioneras, aunque su población nunca bajó de 1.500. El funcionamiento interno corría a cargo de unas monjas mercedarias, mientras que soldados y guardias civiles se encargaban de la vigilancia exterior. Los trabajos de Basterretxea, Ugarte y Laruelo relatan la crueldad con la que las monjas trataban a las presas. Al frente ellas estaba sor María Aranzazu Vélez de Mendizabal , conocida como "La pantera blanca" , que sometía a las prisioneras a castigos de forma continua.
Más detalles acerca de esta prisión pueden encontrarse en el trabajo de Arantza Ugarte titulado "Preso Central de Saturrarán" y publicado en una edición especial de la revista "Retrobament"editada por la Coordinadora para la Memoria Hisórica y Democrática de Cataluñahttp://www.coordinadoramh.org/publicacionsmh/REVISTA_RETROBAMENT4.pdf. También es bueno consultar una información sobre Saturrarán publicada en Garahttp://www.gara.net/paperezkoa/20070319/8819/es/Carcel/Saturraran/prision/franquista y una reseña de la obra "Presas de Franco" que puede leerse publicada en Rebelion http://www.rebelion.org/noticia.php?id=68807. Algunas de las imágenes de esta entrada han sido extraídas de un trabajo publicado en "El Faro de Vigo" http://www.farodevigo.es/media/documentos/2006-09-17_DOC_2006-09-10_02_09_04_estela.pdf, del libro "Presas Políticas" de Ricard Vinyes y de otras páginas de internet, entre ellashttp://www.asturiasrepublicana.com/ .
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